CAMBIANDO LAS VIDAS EN LOS DISTRITOS MÁS DUROS DE WASHINGTON, D. C.,
Travis Ellis usa su propia experiencia con el crimen y las drogas, impregnada de conocimiento de los derechos humanos, para ayudar a cambiar el futuro de D. C.
El índice de homicidios en Washington, D. C., que se duplicó en solo cuatro años, motivó a los líderes de D. C. a llamar a la tendencia una “emergencia”. Sin embargo, la detención de los delincuentes no es suficiente, cuando la mitad de ellos después de ser liberados terminan tras las rejas de nuevo en un periodo de tres años. Estos “ciudadanos que retornan” a menudo no pueden encontrar una vivienda o empleo y en lugar de eso recurren al crimen y regresan a la cárcel.
Pero ahora ellos tienen a Travis Ellis, un ministro cristiano de 30 años, artista de hip-hop y entusiasta de derechos humanos en Washington, D. C. Al crecer en los Distritos 7 y 8 de la ciudad, Ellis ya estaba involucrado en una vida de drogas, pandillas y crimen para cuando tenía 13 años. Pero todo le pasó factura a la edad de 18 años cuando una experiencia cercana a la muerte le llevó a ser hospitalizado en estado vegetativo.
Él revivió con un nuevo propósito a través del obispo Dwayne E. Stewart Sr. del Ministerio de Gospel Truth Life Changing. Travis se convirtió en un ministro en el 2008 y dedicó su vida a ayudar a los demás a salir de las calles. Él se unió con Warees Majeed y Sadiq Ali, MBA, para formar Yaay Me —un grupo para ayudar a los jóvenes desfavorecidos— y también ha trabajado con la Academia Millionaire Manners. Ellis dice: “Hago lo que hago ahora, solo para ser una inspiración para alguien más, el deseo de inspirar”.
En el 2015, Ellis fue introducido a los materiales de Jóvenes por los Derechos Humanos, que encajaban perfectamente con su labor. Él y su equipo comenzaron con enfocarse en los ciudadanos que retornaban, ayudándoles no solo a aprender habilidades necesarias para obtener empleo y encontrar un hogar, sino también para reconstruir su salud emocional, mental y social.
Un derecho humano claro que él enfatiza en seminarios es el Artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, “El Derecho a la Vida”, y no solo de las vidas de los ciudadanos que retornan, sino la de las otras personas. Artículo 2, “No Discrimines”, toca una fibra sensible, ya que el 10 % de la población de D. C. es negra, pero los negros constituyen el 89 % de los liberados de la prisión. Ellis demuestra el Artículo 26, “El Derecho a la Educación”, ayudando los ciudadanos que retornan a obtener la educación que necesitan para conseguir un empleo remunerador.
“Siento que he logrado ver a la gente integrarse exitosamente a la comunidad después de estar lejos durante años”, dice Ellis. “Creo que ser capaz de verlos superar comportamientos desafiantes y encontrar una forma de tener éxito es la parte más gratificante de mi trabajo”.
“Hago lo que hago ahora, solo para ser una inspiración para alguien más, el deseo de inspirar”.
En el 2018, el equipo de Ellis ayudó a la oficina del alcalde de D. C. a desarrollar el Programa Pathways, un curso de 12 semanas para los ciudadanos que retornan. Además desarrolló un curso para el Centro Maryland Evening para jóvenes en libertad condicional. Además ellos hacen campamentos de verano en colaboración con la Autoridad de Vivienda de D. C., programas después de la escuela con la Iniciativa de DC Promise Neighborhoods y trabajar en las calles con Cure the Streets.
En cuanto a aquellos que van a través del Programa Pathways del alcalde de D. C., la tasa usual de reincidencia del 60 % se desplomó a solo 6 % de aquellos que se gradúan.
Y con Ellis, durante todo el camino están los materiales de Jóvenes por los Derechos Humanos, sin importar el público al que está alcanzando. Él ya ha tocado las vidas de 10 000 jóvenes y adultos en cuatro distritos de Washington, D. C., y en los estados de Maryland y Virginia.
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